lunes, 31 de mayo de 2010

Árbol energético

Este es un arbolito con páneles solares, que abajo tiene una pila que se carga. Con este arbolito, puedes cargar tu iPod, tu celular, etc., utilizando solo la energía producida por la luz.



Y además, es bonito.



Está diseñado por una mujer llamada Vivien Muller, quien ha nombrado a su producto "Electree".

Actualmente es manufacturado por un compañía pequeña, lo cual hace su costo bastante alto; pero está buscando que una compañía más grande lo produzca para que pueda tener un precio más accesible.



Además, viene desarmado, para que le des la forma que quieras, y dirijas los panelitos hacia donde mejor aprovechen la luz.

Y si todavía no te gustaba la idea, pues entérate que está concebido no solo para uso bajo techo y limitado, sino en un futuro, como una fuente de energía que sea parte del paisaje urbano.




Imagínense tener unos 2 arbolitos de estos bellos en el jardín, y que sea esa "decoración" la que provea energía a toda la casa.

Nada mal.

(via designboom)

jueves, 20 de mayo de 2010

¿En dónde estamos viviendo?

Ayer fui a almorzar con Pablo en un sitio que queda en el C.C. Cada. Cuando terminamos de comer, decidí pasar por el automercado a ver si por casualidad habían algunas cosas que necesitaba.

Ya por ahí, vamos mal. Uno no va al automercado a hacer las compras de la semana o el mes, sino "a ver si por casualidad encuentro lo que necesito".

Voy y consigo azúcar (increíble), harina leudante (no puede ser), y veo margarina en varios carritos, pero en ningún anaquel. Pregunto, y me dicen primero que no hay, que ya se acabó. Igual sigo buscando, vuelvo a preguntar, y me dicen que había un carrito puesto en la entrada con margarina Mavesa. Camino hasta la entrada: no hay. Solo carritos puestos con azúcar, y con leche en polvo La Campesina; productos que por demás, la gente de ese automercado ni se molesta en colocar en los anaqueles, porque saben que no van a durar ni un día.

Mientras reviso los carritos de la entrada, lugar en donde se colocan esos productos escasos, 3 empleadas del lugar con un pote de margarina en las manos dicen: "¿Quién quiere esta margarina? Es la última que queda". Yo, con una emoción que nadie debería tener que sentir por un pote de margarina, brinco, salto, subo las manos y digo: "¡Yo, yo la quiero por favor!" (nótese que estoy pidiendo por favor una margarina que voy a pagar). Me ven, me ignoran, y a una señora que está pasando por ahí, le dicen: "¿Quiere esta margarina, señora?", y yo continúo: "No, porfa, yo la necesito", y la señora, ni corta ni perezosa, sin decir nada, asiente, se acerca y se lleva la margarina. Para cerrar esta situación con broche de oro, una de las 3 mujeres del Cada dice en voz bien alta, no sé con qué intención: "Claro, cuando uno quiere algo tiene que decirlo. Nosotras no estamos aquí de adorno".

Decido no arrecharme, a pesar de la deliberada discriminación y lo insólito de la situación, y me voy a hacer mi cola con mi azúcar y mi harina bajo el brazo. Total, al menos conseguí eso. Delante y detrás de mí, las personas tienen margarinas: El de adelante lleva 2 potes de los normales, la de atrás lleva 4 potes de los grandes. Pienso: "Coye, ¿nadie me podrá dar uno?". Se lo comento a Pablo, que me está acompañando, como quien no quiere la cosa a ver si alguien se apiada de mí y dice: "Toma niña, llévate esta, que yo agarré varias", pero no sucede.

Resignada, pago todo, y cuando estoy a punto de irme, no sé qué sucede. No sé si es que a la gente del automercado le da por limitar el número de margarinas por persona (sí, esto es algo normal en el Klasse y en el Excelsior: 1 kilo por persona), o si la señora de la caja de al lado dejó una, pero de repente me dicen: "Niña, ¿quiere esta margarina?", y yo, otra vez con emoción (coño, estoy sintiendo emoción por una margarina, ¿qué coño pasa?), digo: "Sí, gracias, qué bueno, gracias, ¡yaaay!" (agradezco el gesto y la margarina). Pago otra vez, y me voy.

Con mi botín asegurado en bolsitas blancas semitransparentes, comienzo a caminar y unas muchachas que nos pasan por al lado dicen, con clarísima emoción y sorpresa: "¡¡Mira, consiguieron margarina y azúcar!!", y se apuran como para ir al automercado, a ver si tienen la misma suerte.

Hasta ese momento, solo estaba parcialmente consciente de lo terrible de la situación. Cuando escuché a las chamas, fue cuando terminé de decir lo que venía pensando: ¿QUÉ PASA? ¿EN DÓNDE COÑO ESTAMOS VIVIENDO?

Y es así, y uno no puede hacer nada. Se compra lo que se consigue, no lo que se necesita (y ésta es solo UNA de las cosas que están pasando en el país).

miércoles, 19 de mayo de 2010

Para un día lluvioso como hoy



Linda ropa, bolígrafos de colores, botas, flores, y un trench.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Chips de papel

Slim Chips es una chuchería hecha de papel comestible saborizado.



Así matas el antojo, y no engordas... Y en caso de que se te ocurra una idea, y no tengas una servilleta, pues la anotas en el chip (eso último sí es invento mío pues).

Ellos parecen estarlas disfrutando bastante:



Y hay varios sabores:



Aquí no sale, pero en la página (http://hafsteinnjuliusson.com/) también dice que harían de wasabi y de cheddar.



¿Qué tal sabrán?

Ahí se los dejo.

Vía Dezzen.

martes, 4 de mayo de 2010

Separados al nacer

¿Soy yo, o estos panas en serio se parecen?



Es como si Daniel Sarcos fuera el hermano de Emilio Graterón que sí se sacó las cejas.

Quizás por eso siempre me ha parecido tan pánfilo este alcalde de Chacao, porque en el fondo, siempre se me había parecido al animador más chévere de la fabulosa televisión venezolana.

lunes, 3 de mayo de 2010

Qué bolas esta niñita

No es que lo que haga sea brutal, pero el hecho de que lo esté haciendo es arrechísimo.

Los meses están pasando como rápido, ¿no?



Susto.