miércoles, 4 de agosto de 2010

Pepe Colchón

Cuando era chiquita iba casi todos los fines de semana a Aguasal en Higuerote. En esa época, el trayecto era largo porque no existía la autopista (y la playa del club no era tan fea, pero esa es otra historia), y para una niña de entre 3 y 6 años, que no se quedaba dormida, el tiempo encerrada en un carro pasaba más lento. Mi papá, en un intento para hacerme el viaje más llevadero, un día inventó a Pepe Colchón.

Pepe Colchón era un señor que en vez de tronco, tenía un colchón. Gracias a esta particular característica, el señor Pepe Colchón (que yo siempre imaginé que llevaba bombín aunque nunca me lo describieron así) vivía impresionantes aventuras. Por ejemplo, una vez se tiró del techo de un rascacielos, y aterrizó sobre la parte de su cuerpo que era un colchón. Después de esta hazaña, no sólo no le pasó nada a Pepe Colchón, sino que rebotó y luego del rebote aterrizó parado.

Pepe Colchón era arrechísimo. Tenía hijos y dejaba que ellos brincaran encima de su barriga, cosa que no le molestaba en absoluto porque, duh, no tenía una barriga, sino un colchón.

El tipo era así como un James Bond meets Inspector Gadget, pero mucho más jovial y divertido.

Gracias a Pepe Colchón (y a compotas de manzana frías de la cava), los viajes a Higuerote más nunca fueron aburridos.

Lo que yo me pregunto es, ¿de dónde sacaría mi papá la idea de inventarse a este señor y luego, cómo habrá tenido la capacidad de inventarse todas las historias que se inventaba en cada viaje?

Qué fino , ¿no?

2 comentarios:

  1. JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA Esto si que me hizo reir... Gracias!

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  2. Jejejeje, qué bueno. ¿Viste? Casi tuvo el mismo efecto en ti que el que tenía en mí cuando era chiquita :)

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