A veces la vida es como el juego de la sillita. Hay música, la gente corre alrededor de un grupo de sillas, alguien saca una, la música para, y todos se sientan. Como falta una silla, hay una persona que se queda parada y sale del juego.
Al final solo queda una sola sillita, y 2 niñitos corriendo alrededor con el ritmo de la música. Cuando la música para, uno se sienta, y el otro pierde.
Es bien cruel. Pero es así.
Las sillas son como oportunidades. Y según vas eligiendo caminos, las opciones se van reduciendo. Si eliges bien, todavía tienes puesto. Si eliges mal, te quedas parado y sales del juego.
Pero a veces quedarse sin puesto no es malo, porque te vas a otro grupo de sillitas a seguir jugando. Y de repente perdiste en el de antes, pero ganas en el nuevo.
Qué sé yo.
muy lindo esto julia!,,,ajajaja
ResponderEliminares taaaaaan verdad lo que dices =)
NUNCA SE ME HABIA OCURRIDO IRME A OTRA FIESTA DE SILLITAS.
ResponderEliminarMUY BUENO...
Gracias :)
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