El domingo pasado fui a la Feria de Chocolate Artesanal en el Mercado de Chacao. Me esperaba otra cosa. Eran exactamente 6 mesas rectangulares con manteles blancos de poliéster, distribuidas en como 2 espacios del mercado; que no estaba especialmente decorado para la ocasión ni mucho menos.
Pablo me compró un chocolate con mermelada de cacao, que me pareció de lo más exótico. Pero cuando lo fui a probar ayer, estaba viejo, resequito, que lo mordías y se hacía polvo. Me puse triste.
Al menos descubrí el té de cacao. Bien rico.
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