Hay quienes entran, hacen y salen; pero también existen aquellos especimenes que jamás entenderé y que tienen el don de convertir este acto tan desagradable y poco glamoroso en todo un ritual. He aquí una breve enumeración:
Tipo 1: Los lectores bañiles.
Dícese de aquellos individuos que necesitan de algún material de lectura para que su defecación se lleve a cabo... ¿O será que están tan ávidos de obtener nuevos conocimientos que no pueden dejar de leer, ni siquiera en ese momento tan poco digno? Sin comentarios. ¿Y no ha notado usted el olor que se le pega a las páginas, las pobres, que son forzadas a entrar en el apestoso recinto para entretener al lector-defecador? Hagan el ejercicio: si alguno de estos seres vive con usted (o si usted es uno de ellos), huela su material de lectura al salir del baño, sobre todo si es un periódico. Pobre papelito.
Tipo 2: Los monjes.
Estos de verdad que llevan la cosa bien lejos porque utilizan ese tiempo “para meditar”. ¡Por Dios! ¿Quién medita con ese olor? Aunque quizá lo que pasa es algo así como que entran en un trance inducido... ¡Eso! Y entonces el pútrido olor surte el mismo efecto que alguna droga alucinógena. Debe ser.
Tipo 3: Los estresados.
Este espécimen es bien particular. Lo que le pasa a él es que tiene una vida tan ajetreada que necesita “desconectarse” de vez en cuando. ¿Y qué mejor lugar para eso que el baño? ¡Claro! En eso si estoy de acuerdo. Pero con un baño pues, de bañera llena y burbujas, o hasta en la ducha, ¡qué sé yo! Pero no cagando, coño.
Tipo 4: Los reflexivos.
Son como un poco de monjes y un poco de estresados. Es decir que son aquellos que utilizan (y extienden) su tiempo sobre el WC (o la pocetita, como quieran) para reflexionar. Ahora, díganme si no es un lugar como un poco extraño para encontrar inspiración. Ajá, entonces reflexionan, ¿no? Acerca de qué, no sé. Que, bueno ok, se vale... ¿Pero por qué ahí?
Tipo 5: Los nudistas.
Estos sí que son unas estrellas. Les cuento: son los que se desnudan por completo, de pies a cabeza, que no se dejan ni las medias, para hacer el famoso “número 2”. Y, bueno, quizá tiene sentido: quieren estar cómodos y tal... Pero no, es que háganse la imagen, nada más hágansela y díganme si lo que se imaginan es bonito.
Tipo 6: Los exclusivos.
Se trata de aquellos que sólo hacen sus necesidades en un solo baño en específico, generalmente el de su casa. Son capaces de aguantarse todo el día, así haya disponible un baño en parfecto estado, con tal de utilizar única y exclusivamente SU baño.
Tipo 7: Los mixtos.
De estos especímenes, aparentemente, es de los que hay más. Qué cosa tan terrible. Ellos se dedican a mezclar, a hacer todas las combinaciones posibles entre los otros 6 tipos de sujeto (o a aplicarlos todos al mismo tiempo). De estos, no sé qué decir.
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